Lourdes Fisa: “Es con el reto que siento que crezco”
El reto es el estímulo primero que lleva a la artista plástica Lourdes Fisa a jugar con los materiales, las formas y las texturas en un verdadero camino de descubrimiento que no tiene fin. Y esta es su gracia. El cambio continuo que nos invita, día a día, a evolucionar y adaptarse al entorno es el revulsivo que hay detrás “Atlas” (Tinglado 1. Tarragona. Del 26 de abril al 3 de junio de 2018), la próxima exposición de la artista. Pero, también, un argumento constante y persistente en toda su obra. Fisa vive inmersa en una estética-poética o una poética-estética que la envuelve y lo acompaña desde sus inicios. Es decir, desde siempre. Así, itinerantes y claramente identificables, sus obras evolucionan y mutan. Vibran de nuevas sensaciones y contagian de las rutinas y las dinámicas de su vivir diario. Y así van transitando, de Barcelona a Tarragona y de Tarragona en Lisboa (próxima expo: “AQVA sobre AGUA”. 30 de septiembre en el Museo Lisboa del Teatro Romano) … y de Lisboa quien sabe … En un ritmo alegre, inquieto y curioso. Como ella. Auténtica. ¿Pintora? No, observadora del entorno.
– Expones desde el año 1989. Cerca de 30 años dedicándote al arte. ¿Tuviste claro desde muy joven que querías dedicarte?
No fue una decisión repentina, fue fruto de un poso. Siempre me había interesado todo lo que estaba vinculado con el arte, pero no me lo había planteado como profesión. Estudié Bellas Artes, aunque no para ser pintora. Me interesaba todo: el diseño, la fotografía, el dibujo, la pintura … y mi pensamiento era: por el camino ya verás. Y el camino te va llevando: vas ampliando conocimientos y experiencias y se te van abriendo puertas. Y, después de las estancias que hice en universidades de arte de Alemania, explorando el grabado y la estampación, y después en el Art Institute de Chicago, ya empecé a exponer.
– Marchar fuera, aprender de otras culturas, ¿enriqueció mucho tu obra?
Fue la clave de mi evolución. Cuando fui a Alemania no conocía mucho el idioma y salí de mi zona de confort. De repente, encontrarme en un entorno nuevo fue para mí un aprendizaje de autoconocimiento. Y eso me sirvió para plantearme cosas nuevas: “¿Qué encuentro? ¿Qué veo? “Y, por otro lado, me permitió conocer una sociedad distinta. Estaba en una ciudad cerca de Berlín y aún existía la separación del muro. Esto fue, para mí, un impacto, y también el hecho de pensar: “Por suerte yo estoy en un territorio de libertad, y según donde hubiera nacido podría estar al otro lado”. Esto me hizo plantear conceptos como la libertad, las fronteras … conceptos muy amplios que aún hoy llevo en el corazón. Aquí hubo un gran cambio de percepción.
– Un antes y un después.
También en mis trabajos. Yo pintaba lo que veía: figuras humanas, paisajes, naturalezas muertas … Siempre necesitaba un referente. Cuando estuve en Alemania y en los Estados Unidos, la mirada, en lugar de ser hacia fuera, comenzó a ser hacia dentro, cambió mi manera de interpretar. Empecé a cuestionarme conceptos más abstractos que me acercan al arte más abstracto. De hecho, cuando trabajo no quiero que mi obra sea un objeto decorativo para un espacio concreto, sino que tiene que haber algo más, la persona reciba más de lo que ve. Me interesa el ser humano, pienso en los obstáculos de ofuscamiento que debemos superar, y en la necesidad, como sociedad, de buscar luz. Por eso trabajo la luz. Y, de hecho, trabajando la luz trabajo también la oscuridad. Me interesa el dualismo de las cosas.
– Haces un trabajo de exploración continuado, en temas y en materiales, pero, al final, es fácil identificar “un Fisa”. ¿Cómo definirías tu estilo?
Hace muchos años ya advirtieron que tenía un estilo que se identificaba de una forma clara. No sé cómo lo definiría, pero yo pienso que, es importante que haga lo que haga, debo sentirme que soy yo quien lo hace, y por eso trabajo con una sinceridad absoluta. Mis dudas, mis alegrías, mis penas … eso es lo que se percibe en mis cuadros. Las sobreposiciones de materia, el collage: el añadir y eliminar material. Al final son investigaciones que se transmiten en mis cuadros. Y busco, ¿qué busco? … sólo cuando he terminado el cuadro sé lo qué estaba buscando. y mientras es como un diálogo con el trabajo, aunque no sé del cierto qué estoy buscando.
-Tu fuente de inspiración es tu día a día?
Es todo lo que me rodea, tanto a nivel personal, como de sociedad como de humanidad. Esta visión también me ha acercado a diferentes disciplinas. Pensar hacia donde avanzamos como sociedad, de donde venimos … Y el arte es una manera de canalizar la inquietud del ser humano. Trabajo con muchos materiales y técnicas, justo porque que la vida en sí es complicada. No tenemos un camino llano. He vivido el franquismo, el antes y el después de las guerras frías y los comunismos … y actualmente vivimos unos momentos muy delicados donde se cuestionan derechos que dábamos por sólidos, y eso me preocupa mucho. El arte es un espacio de reflexión, de buscar certezas.
-Tienes una rutina creativa? ¿Cómo trabajas?
Me obligo ir al estudio y tener la rutina de estar en el espacio creativo. Todo lo que he ido adquiriendo fuera, con la observación, va surgiendo creativamente en el estudio removiendo materiales y encontrando ese espacio vacío donde empiezan a surgir cosas interesantes. La creatividad, la inspiración, como decía Picasso, te pilla trabajando.
–Al final, con los años, ¿tu trabajo se ha convertido en un estilo de vida?
Totalmente. Es una manera de pensar. Es como una filosofía. Pienso que no debo estar siempre creando o dibujando o pintando. Muchas veces ya lo hago a través del pensamiento, de la observación. Es la mirada. Como miras la realidad, el entorno, las cosas que te rodean. A todo lo que hago le doy un sentido que me sirve, después, para desarrollarlo en el estudio. Ver unas noticias, encontrarte con un problema, mantener una charla agradable con un amigo … Todo se canaliza hacia una investigación que puedo trasladar a mi proyecto creativo.
-Ha habido siempre el mito de que la vida del artista es una vida bohemia. ¿Es un tópico?
Primero deberíamos preguntarnos “¿Qué quiere decir que sea una vida bohemia o estandarizada?”. Puede ser bohemio el pensamiento, porque el pensamiento es ilimitado. Evidentemente que el arte es libre y te expande, pero esto no quiere decir que, como artista, sigues el típico concepto romántico del artista del siglo pasado que perseguía la vida bohemia entendida como hacer lo que quieres. De hecho, mi vida es muy similar a la de muchos otros. Yo tengo una familia y respondo a muchas de las cosas que esto comporta. Pero, como artista, siempre buscas este espacio de salir de lo cotidiano, porque el arte te lleva más allá. Es buscar caminos abiertos que no te encasillen. La clave es saber encontrar un equilibrio.
– ¿Cómo habías vivido el arte en tu casa, de pequeña?
Mi familia proviene de la restauración. Son hoteleros: “Can Fisa”, de un pueblo muy cerca de Barcelona. Y quizás por eso está muy presente en mí el tráfico de las personas, las maletas, los viajes, los cambios … El ambiente en casa siempre ha sido muy emprendedor, con muchas inquietudes. Somos cuatro hermanos y todos haciendo cosas diferentes, pero siempre ha habido un denominador común en nosotros, que es la inquietud en lo que hacemos. Yo tuve un entorno muy favorable, de confianza. Me enseñaron bajo la premisa que dice: “Haz lo que quieras, pero hazlo con la máxima implicación, al 100%”. He tenido mucho apoyo del entorno y eso es de agradecer, ya que tener unos referentes que te hagan sentir que lo que estás haciendo es válido, te da mucha seguridad.
– ¿Cuesta vivir del arte?
Sí, sí. Sí que cuesta. Como te lo cuento (ríe) … Bueno, tienes que ser muy terco. Es un acto de resistencia. Creer en lo que haces y seguir adelante. A veces los pasos son más lentos, a veces más rápidos, pero lo importante es ir siempre ir hacia adelante. Tengo la suerte de que todo lo que he he hecho ha estado relacionado con el arte y eso me hace sentir afortunada. Transmitir creatividad a otras personas también me parece muy interesante, por ejemplo … pienso que todo ser humano debería tener la opción de conocer el arte y disfrutarlo. Yo estoy muy agradecida al arte, me ha aportado una mirada nueva a las cosas. Y es que no todo es de una sola manera ni de un solo color. Entre el blanco y el negro hay una infinidad de matices y colores, y en la propia vida también es así. El arte me obliga a mirar las cosas del revés, buscar alternativas, improvisar y, sobre todo, a tener amplitud de mira.
“Estoy muy agradecida al arte,
me ha aportado una mirada nueva a las cosas.
Y es que no todo es de una sola manera ni de un solo color.
Entre el blanco y el negro hay una infinidad de matices”
– De hecho, tú puedes pintar un cuadro con unas emociones y otra persona puede interpretar algo totalmente diferente.
Sí, porque es su mirada. Pienso que la obra no acaba de estar realizada hasta que no hay una mirada detrás, la del espectador. ¿Por qué existiría una obra si no la mirara nadie? Por lo tanto, necesitamos esta mirada del espectador que acaba de hacer la obra suya. Y no importa que el espectador no interprete lo que el artista ha querido transmitir. Quizás recibe lo que a él le puede interesar. Y aquí está lo más interesante de cualquier medio creativo. Esta interacción hace que las cosas se muevan y no sean estáticas.
-Por lo tanto, es importante educar la mirada. Y empezar desde pequeños, ¿verdad?
En estos últimos años estoy colaborando con algunos centros educativos precisamente en eso. ¿Por qué perdemos la mirada innata del niño? Esto me preocupa … Somos nosotros, los adultos, los que los estandarizamos y los obligamos a mirar las cosas de una manera más acotada? Tenemos el reto de acompañar este niño, pero no de acotarlo. Porque si no, cuando somos adultos miramos las cosas de una manera muy unidireccional. El arte nos hace más libres y más críticos con las cosas. El arte nos sacude y nos permite pensar que las cosas pueden ser de una manera diferente y, por tanto, querer cambiarlo.
-¿Faltan cambios en la educación?
Tiene que haber cambios y reformas en este sentido, educar a través de la creatividad. Para que la creatividad no es hacer sólo objetos o pintar un cuadro. Es el pensamiento. El arte no es buscar resultados para que quede bonito o estético. Lo interesante es el proceso. Lo que tú aprendes con aquel proceso. Es gracias al proceso, que entiendes muchas cosas.
En otras sociedades, en el extranjero, es muy importante el aprendizaje como ser humano: un aprendizaje de las humanidades. Porque es una formación como persona y es un complemento que puedes aplicar en cualquier trabajo. Aquí eso nos falta, separamos mucho todas las disciplinas.
– Tú puedes ser un poco niña, en este sentido. El arte te permite experimentar.
Sí, totalmente. Joan Miró decía que quería llegar a los 90 años siguiendo explorando. Por ello,es importante que la premisa sea seguir siempre aprendiendo. Por lo tanto, cuando veo que un medio lo domino bastante o sé que lo conseguiré bien o no hay una exploración, lo dejo y busco otro reto. Es con el reto que siento que crezco. Miro atrás y digo: “¿Cuántas cosas sé que no sabía antes”. Y, entonces, miro adelante y me digo: “Y cuántas cosas me quedan por aprender”. ¡El conocimiento es inmenso! De hecho, mi obra va muy relacionada con la idea de camino, exploración, recorrido … estos son mis temas. También trabajo conceptos de huella, rastro … Me interesa de dónde venimos y hacia donde vamos. Es un camino que no acaba nunca. Por eso es tan apasionante.
“Me interesa de donde venimos y hacia donde vamos.
Es un camino que no acaba nunca.
Por eso es tan apasionante”
– Y al margen de la pintura, ¿qué apasiona a Lourdes Fisa?
Mi pasión es viajar ya que me permite tener la mente alerta y muy despierta, y conocer lugares y personas distintas. Es un enriquecimiento personal. Si no puedes viajar lejos, no importa, es posible hacer viajes más cerca o viajar mentalmente. Lo que importa es estar en movimiento. A veces puede funcionar, incluso, ir en tren. Buscar recursos para no estancarse. Esta es mi lucha: intentar estar siempre creativa. Las cosas no vienen solas, hay que tener la mente siempre en acción e ilusión. Es un trabajo que luego ha de poderse trasladar a la obra para que sea espontánea, fresca y atrevida.
– Cuéntame el próximo proyecto que tienes entre manos.
Estoy preparando la exposición “Atlas” para exponer en el Tinglado 1 del Puerto de Tarragona. Y en este gran espacio, frente al mar, presentaré mi trabajo que parte de la recopilación de diversas obras para construir un atlas. Me interesa la idea de espacio y tiempo. Y, en este sentido, el atlas concreta el espacio entendido como espacio geográfico, ubicación (donde estamos ), el aire, la tierra, el espacio que nos rodea … y, por otra parte, el tiempo, ya que somos un antes y un después. En esta exposición mezclo obras realizadas hace años y con las que he convivido en mi estudio, y las reviso y transformo para que puedan interactuar en el nuevo espacio y en el conjunto del atlas. Vuelvo a la idea de movimiento. Nada es estático, como decía Heráclito.
Se define como observadora del entorno y lleva una vida entera dedicada a transformar emociones en obras artísticas. El reto la mueve y la impulsa. Lourdes Fisa nos habla, entre pinceles, de su proyecto y de sus inquietudes.